Hoy estaremos conversando sobre el segundo error más cometido en materia de Finanzas Personales: Gastar más de lo que se gana.
Imagino que ahorita estás pensando algo como que todos saben que ese es un error, pero déjame decirte que es tan típico precisamente por eso, porque es cometido por millones de personas día tras día, año tras año, sin importar cuán conocido y nombrado sea. Así que en mi cometido de ayudar a mis seguidores pues me toca nombrar y explicar porqué es tan importante entender que es un error garrafal.
Con regularidad escucho frases como: “Para eso trabajo”, “No te vas a llevar nada al otro mundo” “No seas miserable y cómpralo” . Con respecto a esto tengo dos cosas que decir:
- En primer lugar, si es cierto que trabajas y que te mereces cosas buenas. Yo uso una frase que aprendí en Nigeria y que me gusta mucho: “I work hard, so I play hard”. El sentido de la frase es que si trabajas duro mereces disfrutar también y estoy totalmente de acuerdo, por eso, si leyeron el artículo anterior, reservo de mi partida mensual un porcentaje llamado “lujo” que es para disfrutar del fruto de mis esfuerzos, pasar tiempo agradable para mí y con mi familia, pero sin descalabrar mi presupuesto.
- En segundo lugar también estoy de acuerdo que ser miserable con uno mismo y con los demás es navegar en un bucle de escasez. La abundancia existe en todo el universo y ser miserable es llamar a la escasez y a la carencia. Pero, una cosa es disfrutar como mereces, actuar de manera abundante, y otra muy diferente es gastar más de lo que ganas y endeudarte bien sea por tratar de llevar una vida que no puedes sostener o por aparentar.
Algunas de las cosas que hacemos afectan gravemente nuestro presupuesto:
- Comprar el almuerzo en la calle todos los días. No solo porque se gasta diariamente dinero extra sino porque además muchas veces se pierden alimentos perecederos en casa, que se han comprado, pero no se han usado para comer tan seguido en la calle.
- El café de todos los días y la merienda. Este, al igual que el punto anterior, afecta tremendamente el bolsillo. El impacto viene porque creemos que es poco el monto, sin embargo al hacer la suma, gota a gota vamos gastando más de lo que temenos. Hay un adagio que reza: “hasta un enorme buque puede venirse a pique por la entrada de agua constante en un pequeño agujero”.
- No saber resistirse a las ofertas. Aquí quiero comentarles que hay dos formas de “no resistirse a las ofertas’. Una es la típica de ver en una tienda artículos que ni siquiera necesitas y solo porque están en oferta comprarlos. La otra forma es una que mi esposo usaba bastante y que me costó convencerlo de que la mayoría de las veces eran gastos innecesarios, pero ya él mismo lo ha comprendido. Me refiero a ir al supermercado y no resistirse de comprar productos como “lleve cinco y pague cuatro”.
Algunas veces funciona, por ejemplo con productos como papel de baño, jabones, detergentes. Pero muchas veces no necesitas esos cinco productos, especialmente cuando se trata de cereales, mayonesa, mermeladas, y mantequilla de maní, que es una de las compras típicas de mi esposo. Cuando esos productos son de consumo lento y tienen fecha de expiración te encuentras luego como yo, limpiando la despensa y botando no sé cuántos sobres, latas y envases de productos caducados que fueron comprados porque “estaban en oferta”.
No lo dudes, comienza hoy el cambio, todo está en tus manos, solo ponte a ello.
Por leerme y seguirme Gracias, Gracias, Gracias.